El refrán es muy sabio: muchas veces lo barato sale caro.
Las autoridades de Montería practican mucho el refrán «ojos que no ven corazón que no siente». Aquí utilizan todo medio de transporte no permitido para llevar objetos largos y pesados en bicicletas, motos, triciclos, taxis y carros particulares como listones de madera, varillas metálicas, puertas, largueros y cabeceras de camas.
También bultos llenos de arena, cemento o piedras y marcos de los objetos mencionados.
Los daños que estos materiales pueden causar a peatones y vehículos son muchos ¿quién responde a personas y vehículos por los perjuicios causados, cuando golpean, rompen o caen sobre alguien?
¿Por qué no hacen valer los derechos de los demás? los mandos públicos deben demostrar que sí quieren y respetan al ciudadano que los eligió como jerarcas municipales, con hechos concretos. Los que llevan estas cargas se ganan la vida, pero quienes los contratan buscan lo más barato que encuentren a su paso, sin pensar que muchas veces «lo barato sale más costoso o caro». Son ellos los que tienen que costear todo daño causado a terceros. Tienen que exigirles a quienes los emplean para trastear cosas u objetos que usen vehículos de carga permitidos a peatones y a vehículos, y punto.