La dignidad de Antioquia no puede soportar tantas salidas bochornosas.
En nuestro medio tropical es común el dicho “La mujer del alcalde no sólo debe serlo, sino parecerlo”, por extensión del romano original, que reza: “La mujer del César no sólo debe serlo, sino parecerlo”. Ante los continuos escándalos mediáticos en que se ve envuelto el gobernador de Antioquia, debemos expresar que éste no sólo debe serlo, sino parecerlo. La dignidad de Antioquia no puede soportar tantas salidas bochornosas como aquella que se suscitó con la ex ministra Cecilia López Montaño.
Todo empezó cuando nuestro colega periodista Yamid Amat, en una entrevista hecha a Fajardo y publicada por El Tiempo, nada menos que en una edición dominical, le preguntó al gobernador por el abortado movimiento “Pido la palabra”. Fajardo contestó: “Ni es mi movimiento político, ni organicé ese grupo. Son personas con su propio criterio. No tengo ninguna relación política con ellos, ni estoy organizando grupos, ni me interesa hacerlo. Entiendo que están buscando ubicarse dentro de este enredo político en que está sumido el país, pero nada que ver conmigo”.
Tiempo después, en entrevista concedida por Cecilia López Montaño a nuestro amigo “el barquero” William Calderón, al abordar el tema, la dirigente (que sobra decir, tiene más calzones que muchos hombres de la política y la administración en Colombia), dijo, en tono airado:
«Fajardo es un mentiroso… Aquí, en este país, existen ciertos personajes que cuando no roban, miente. Mentira podrida la del señorito Fajardo. Fui invitada a la reunión de Pido la Palabra en Antioquia, el mes pasado. Me recogió en el aeropuerto una prima de Fajardo y él sí tiene qué ver con la reunión. Es mi palabra contra la de él… Se quiere lavar las manos como cualquier Poncio Pilatos; que se respete, que sea serio, que no mienta. Es un mentiroso y dígalo que yo lo trino». El barquero, sorprendido, se quedó con la navaja en el aire, sin encontrar el cachumbo adecuado. Amigo gobernador: el gobernador de Antioquia, por la dignidad e historia de este departamento, no sólo debe serlo, ¡sino parecerlo!
