Los que se llaman jefes de mi partido, se venden por puestos y prebendas y no les importa elegir un procurador discriminador y sectario.
A algunos lectores, no les gustó mi escrito “Los voltearepas”, cuando al final digo que estoy apoyando a Santos, el volteado mayor, solo por mi antiuribismo y echando al olvido el ideario y los postulados del gran partido de Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo y Jorge Eliecer Gaitán.
Tienen toda la razón. Nos hemos limitado a creer que el “renacer liberal”, anunciado por el joven Simón Gaviria, se limita a conquistar más curules, gobernaciones, concejos, asambleas y alcaldías para seguir empalagados con la corrupción y componendas clientelistas.
Esos mismos amigos, me critican por qué sigo pregonándome adepto al partido de mis mayores, si ese partido perdió sus banderas sociales, abandonó a los obreros y se pliega por un mendrugo de pan al empresario o gamonal de la más recalcitrante extrema derecha.
Los que se llaman jefes de mi partido, se venden por puestos y prebendas. No les importa elegir un procurador discriminador y sectario ni compartir gobierno con el saqueador de turno. No importa la ideología o tendencia. Lo importante es que “bocao” sea grande y “nos toque algo”.
Señor Santos, señor gobernador de Antioquia, nuestra región es minera desde antes de nacer mi abuela Escolástica. No aniden odios persiguiendo a los pequeños mineros sin oírlos. También, aquí en el Bajo Cauca y Nechí, en los socavones de Segovia y en todo el Nordeste, sabemos jugar ajedrez con inteligencia. Crecí entre parumas, jagüeros, almocafres, bateas, cachos, canaletes, bogas, ríos y quebradas; los bagreños bautizaron su aeropuerto con el nombre de “El Tomín”, para recordarnos esa medida divisoria del castellano, la cual, al brillar en la batea, era pan y bienestar para nuestra viejas barequeras, madres orgullosamente solteras, pero que siguen siendo nuestro mayor patrimonio.
Bueno, no soy santista, ni voltearepas, soy liberal a secas y me siento a esperar que Colombia siga siendo liberal, recupere su honestidad y vuelva a ser pacífica.