Un seminario sobre periodismo ambiental deja en el alma una sensación de vacío y de impotencia, frente a la suerte de nuestro planeta.
Montería. No vinieron de Bogotá ni de Santa Marta a lanzar más SOS. No llegaron para satanizar a medio mundo ni para urgir una vela para todos los santos. El planeta tierra está tan recargado de alertas que ya nadie quiere ver ni escuchar. Sólo cuando venga el «tramoyazo», o la «bomba» apocalíptica dejaremos de ser testarudos e insensatos. En resumen, fue un simple encuentro cuando ya concluía junio, de funcionarios de Invemar, de la CVS y de la Fundación Mar Viva, con un grupo de comunicadores de Córdoba. ¿Para qué? Para recordarnos de una manera coloquial cómo están las cosas en materia ambiental y ayudar a propagar el reto de invitar a salvar zonas costeras y marinas más sensibles y frágiles como la zona costanera cordobesa, como Bahía Portete, el Pacífico Chocó Norte o los corales de hasta 200 metros de profundidad frente a Bolívar.La invitación sirvió para que cada entidad precisara qué está haciendo y a qué le está apostando. Tamaña responsabilidad. Se incluyó una actividad de campo al otro día en la bahía de Cispatá con el acompañamiento de pescadores, colectores de ostras, mangleros, profesores y ex cazadores de cocodrilos.
La verdad verdadera es que casi todo está por hacer, a pesar de todo lo que se ha hecho. Atrás quedaron muchos compromisos fallidos de las naciones industrializadas como la Convención de Ramsar sobre los humedales, la Conferencia de Río de 1992 y la misma 20 años después, el Tratado de Kioto sobre cambio climático y emisión de gases. Las naciones de frac no quieren meterle el diente a los compromisos y les aterra poner dentro de la misma olla necesidades urgentes como el crecimiento económico, preservación ambiental e inclusión social.
Mientras tanto, sólo en materia marina más de 135 mil tortugas, focas y cetáceos se enredan en redes de pesca que flotan en el mar; botellas, latas y bolsas plásticas contaminan y causan sufrimiento a miles de animales; Greenpeace dice que cada año se arrojan 6.4 millones de toneladas de basuras a los océanos. Por eso fue convocado un referendo por los océanos en las redes sociales que está levantando letargos.
Para no sentirnos tan poca cosa, para no sentirnos tan frágiles como la inmensidad misma del mar o avergonzados como el sol tan grande que no lo dejan salir de noche…