En el Bajo Cauca hay un sentimiento de rechazo a la modificación que se hizo al tramo Remedios-Zaragoza-Caucasia, de 145 kilómetros, cuya construcción empezaría al final del primer trimestre del 2015.
Estaba programada de doble calzada y ahora resulta que sólo tendrá una.
En el Bajo Cauca sabemos cuánto tarda en hacerse efectiva la promesa de construcción o pavimentación de una vía.
La segunda calzada la harán dentro 30 o 40 años, tiempo que tuvimos que esperar estoicamente para pavimentar el trayecto Caucasia-Zaragoza, una de las más grandes infamias cometidas contra esta región.
Con mucha razón el alcalde José Arabia pegó el grito en el cielo.
Y no sólo eso. El burgomaestre también exteriorizó su inconformidad que nosotros nos permitimos traducir como rabia e impotencia ante los malabares y peripecias que hacen los burócratas de Bogotá para modificar de un manotazo en la mesa una obra sentida y esperada por comunidades trabajadoras, honestas y amigas del desarrollo. Para esos burócratas, la obra es importante y un «verdadero corredor estratégico». Pero de dientes para afuera. Porque la realidad es otra, demostrada con el «conejo» vial que acaban de cometer.