Centenares de familias siguen esperando información sobre la suerte corrida por sus seres queridos.
Montería. Durante los últimos siete años han sido entregados 315 restos óseos en Córdoba, que corresponden a victimas de la violencia paramilitar enseñoreada en esta región desde fines del siglo pasado y comienzos del presente.
Entre el 2007 y el 2014 la Fiscalía General de la Nación entregó 2.789 restos óseos de víctimas de desaparición forzada a sus familiares en todo el territorio nacional como forma de reparación. En esta tarea trabajan la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Unión Europea y la Organización Internacional para las Migraciones. Recientemente se vinculó la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas.
“Nuestro hijo fue masacrado y desaparecido a los 17 años por un grupo paramilitar el 26 de noviembre de 1989, en el corregimiento Loma Verde, de Montería, y tuvieron que pasar 24 años para que nos devolvieran el cuerpo y poder hacer nuestro luto”, afirmó Luz Marleny, madre de uno de los 315 cuerpos que fueron entregados en Córdoba durante los últimos años. La reparación a las víctimas del conflicto armado es tal vez la meta más importante del Estado colombiano desde que inició la implementación de la Ley de Justicia y Paz en el 2005. La Fiscalía ha exhumado hasta el momento 5.735 cuerpos de víctimas de desaparición forzada en todo el país, gracias a versiones libres de desmovilizados de las AUC. Ademas, hay otros 144 cuerpos identificados listos para entregar a familiares, 723 con identificación parcial y 2.079 sin identificar.
Tres departamentos concentran el 41% del total de los cuerpos entregados hasta el momento: Antioquia, 521; Magdalena, 317 y Córdoba, 315, lo cual guarda coherencia con el mapa de presencia paramilitar en el país y se corresponde con las zonas que más sufrieron los efectos de la violencia perpetrada por dichos grupos. Antioquia es a la vez el departamento donde hay más cuerpos por identificar, con un total de 283; en Magdalena aún faltan 265; otros 245 en Putumayo y 239 en Meta.
“Para nosotros es un tema de dignidad. Cuando alguien pierde a un familiar lo mínimo que espera es saber dónde está y realizar los ritos religiosos de acuerdo con sus creencias, así dan el siguiente paso en el duelo y pueden continuar con sus vidas. Con esta iniciativa logramos que acabar con la incertidumbre que tanto martirizó a estas familias”, manifestó el Jefe de Misión de la OIM Colombia, Alejandro Guidi.
