Desde un principio estaba proyectado asi pero se cambió luego. La comunidad pide que se incluya sala de diálisis y se enfatice en atención cardiológica.
Caucasia. La comunidad caucasiana insistió ante funcionarios de la Gobernación de Antioquia que el hospital del Bajo Cauca sea de tercer nivel, porque esta es una necesidad sentida de la región. La socialización de la construcción de la segunda etapa del hospital regional se cumplió en días pasados en la ciudadela Panzenú, presidida por Jorge Eliécer Maya, Sandra Cortés y Juan Diego Mesa de las secretarías de Salud e Infraestructura. El arquitecto Maya, informó sobre los avances de la obra, que supera los $61 mil millones, aparte de la oferta de $20 mil millones de Minsalud para dotación de la más importante institución médica del Bajo Cauca, hacia donde será trasladado el hospital César Uribe Piedrahita, confían terminar en noviembre e iniciar la atención en diciembre próximo.
Los representantes de la comunidad coincidieron en solicitar a los funcionarios que la mega obra sea para atender casos de tercer nivel, como se había prometido al inicio de la construcción, pero que posteriormente los estudios realizados señalaban extrañamente que no era necesario ofrecer estos servicios por la baja demanda. Como premio seco, se prometió instalar una Unidad de Cuidados Intensivos y la atención de varios procedimientos de tercer nivel, lo cual no satisfizo a nadie.
También la comunidad pidió la inclusión de una sala de diálisis, no contemplada en la obra, y atención especializada en Cardiología. Muchos enfermos deben trasladarse a Montería o Medellín, para ser atendidos, lo cual representa gastos que a veces el paciente no está en condiciones de atender. Otra petición fue la construcción de una morgue en inmediaciones del nuevo hospital. La que tendrá el nuevo centro asistencial está programada para pacientes que mueran en la institución, y en ningún caso para diligencias de medicina legal por muertes en accidentes de tránsito o asesinatos. Esto obliga a viajar también a Montería para efectos de necropsias.
Los reclamos fueron planteados por líderes cívicos como Luis del Río, Juan Guillermo Restrepo, Mario Arrieta, Carmen Rivera, Rómulo Hoyos Miranda, Eugenio Valencia, Luz Mary Medina, Gloria María Montoya, Manuel Suárez y Eduardo Arboleda, entre otros.
El alcalde José Nadin Arabia, se unió a este clamor e insistió en su manejo administrativo por parte de la Fundación San Vicente de Paul, para aprovechar el potencial humano y su moderna dotación. “Este monstruo, no debe ser manejado por una sola persona, sino por una fundación médica”, recalcó Arabia cuya propuesta ha calado positivamente.