Kimy Pernía Domicó, líder indígena embera-katío de 51 años, asesinado por orden del paramilitar Carlos Castaño. Estuvo en desacuerdo con la construcción de Urrá por el impacto ambiental que generaría. Fue secuestrado en Tierralta cuando salía del Cabildo Mayor, torturado y arrojados sus restos al río Sinú. Nunca fueron hallados. Su abuelo fue gran jaibaná y cacique y su padre era el Nokó (jefe). Kimi nació a orillas del río Esmeraldas, afluente del Sinú. El ex misionero Gordon Horton le enseñó el castellano, lectura y escritura, así como las leyes sobre los derechos indígenas. En los años 70s permaneció preso durante un año, junto con su padre y su tío, acusados de colaborar con la guerrilla, pero sin que se les juzgara ni interrogara. Siendo inocentes, fueron finalmente liberados sin cargos. Su padre murió días después. Cuando salió libre, decidió irse sólo a vivir a las cabeceras del río Esmeralda, a la selva, según él “para alimentar el espíritu y olvidar esta injusticia”.