A los cordobeses les quedó un sabor amargo con todo el lío que se suscitó con el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Pretelt Chaljub, el abogado monteriano egresado de la Universidad del Rosario, que había logrado escalar una de las más altas posiciones en la justicia colombiana.
Cada día se conocen nuevas investigaciones periodísticas en el que aparece el nombre del magistrado vinculado a presuntos actos de corrupción, hecho que lo obligó a separarse del cargo para asumir su defensa y demostrar que está frente a una de las más grandes ofensivas contra su quehacer judicial.
No se sabe a ciencia cierta si lo ocurrido con Pretelt, un uribista pura sangre, es el resultado de un ataque con tintes políticos o si efectivamente manejó la justicia con un criterio netamente económico. Esa incertidumbre tiene a los cordobeses en vilo.