Por: Mayra Martínez
En el año 1950 cuando viajó a su tierra natal , donde encuentra la inspiración en medio de los escombros de los recuerdos de un niño criado por sus abuelos maternos y quince años más tarde este sentimiento sería la cumbre de su creación literario y dos años más tarde lo colocaría en el listado de los autores del boom literario. Así fue como Gabriel García Márquez en el año 1965 dio el paso que lo hizo merecedor del más del cincuenta por ciento de votos ante el jurado de la Academia Sueca del Premio Nobel de Literatura en 1982.
El joven camina por las polvorientas y solitarias en compañía de su madre, Luisa Santiaga Márquez. El hijo observa el deterioro de un pueblo que dejo su gloria para sumergirse en la soledad del atraso social la cual queda grabada para escribir y narrar acerca de la soledad como algo propio del ser humano.
Entonces mientras recorren las calles se hace pausa a la delicada conversación de la madre que le pide al hijo una respuesta ante el abandono de los estudios universitarios de seis semestre de derecho en la Universidad de Cartagena. Cuando la hija del ex coronel de guerras civiles llega a la casa la cual tiene alquilada, el joven medita acerca de los sentimientos que le da este lugar y rápidamente hace un recuento de sus vivencias de niño.
Este viaje que Gabriel García Márquez cincuenta años después nos regalaría en su crónicas narradas en primera persona, Vivir para contarla, a través de sus páginas el representante del realismo mágico latinoamericano cuenta las fuentes de inspiración para su vida y obra, como nació La hojarasca, su primera novela ( 1955) y el inicio de muchas otras creaciones vividas antes de sus treinta años de edad durante su época de joven periodista-reportero de periódicos nacionales como: El Espectador, El Universal y El Heraldo. Al igual que su participación en tertulias literarias con el Grupo de Barranquilla, compañerismo que fue su apoyo durante los años que iniciaba a contar las historias de un caribe gobernado por historias fantásticas y sangrientas como las guerras civiles y las consecuencias de la injusticia social.
El padre del realismo mágico reconoce sus influencias literarias de maestros como William Faulkner, quien en sus novelas hace gran demostración del monologo interno, técnicas y tiempos literarios destacarles. Así mismo la descripción de lugares reales mezclados con destellos de la fantasía.Faulknker autor reconocido mundialmente por sus novelas: Luz de Agosto, Mientras Agonizo, el Ruido y la Furia y ¡ Absalom, Absalon!.