La reciente reunión en la Cámara de Comercio de Caucasia, promovida por Carlos Tamayo y Daniel Cadavid, en nombre de Mineros S.A. y Asogauca, fue una gran oportunidad para vernos por dentro, para mirar nuestros recursos, nuestras fortalezas y debilidades.
Y también una oportunidad para preguntarnos hasta dónde somos capaces de llegar en pos del desarrollo teniendo disponibles cerca de 900 mil hectáreas de tierra fértil para emprender grandes proyectos con el visto bueno de la banca, sectores financieros y entidades inversionistas.
Nada mejor que diversificar con nuevos cultivos e incrementar o mejorar lo que ya va andando. Los 550 mil habitantes del Bajo Cauca son gente emprendedora, que les gusta el trabajo y no se le arruga a proyecto alguno cuando se adelanta en equipo y con todas las herramientas necesarias. Podemos prender el acelerador al maíz forrajero, al plátano, a la piscicultura, la ganadería tecnificada, arroz, piña Oromiel, palma de aceite, caucho, plantaciones forestales y otros más.
No dejemos enfriar esta ocasión feliz advertida por Tamayo y Cadavid, dos hombres serios y grandes amigos del trabajo y del desarrollo. Sigamos reuniéndonos, precisando caminos a seguir, trayendo gente importante, comprometiéndola. Porque sin lugar a dudas, la clave está en el campo.
