Si la ministra se preocupara por lo niños no los utilizara como elementos distractores o escudos de las verdaderas razones y consecuencias del paro docente.
Desde que los educadores iniciaron el paro la ministra de educación Gina Parody no ha dejado de decir que los profesores deben volver a clase porque están perjudicando a 9 millones de niños. Parece una frase dicha sin pensar y ‘ahistórica’, es decir, sin explicación anterior ni distinta al momento en que la dice, con la única intención de utilizarla en defensa propia.
Si en verdad la ministra de educación, como representante oficial, le preocupara la educación de los niños, el Gobierno no se les negara en los tres niveles de preescolar (pre jardín, jardín y transición); ni le hubiera entregado el derecho de los niños en este nivel de educación a las instituciones privadas y a fundaciones que no son más que centros de politiquería y antros de corrupción.
Si la ministra en verdad se preocupara por lo niños no los utilizara como elementos distractores o escudos de las verdaderas razones y consecuencias del paro de docente, ni los victimizara en beneficio propio como lo ha venido haciendo. Si en verdad quiere ayudarlos, es ella quien debe preocuparse porque las instituciones educativas tengan una infraestructura, con salones adecuados y sin hacinamiento, restaurantes escolares, transporte en el sector rural, con una asesoría especializada a los estudiantes desplazados y víctimas de la violencia, y una atención integral para niños con necesidades educativas especiales; en fin, todo cuanto se requiere para que puedan desarrollarse integralmente como lo merece un ser humano.
De modo que la ministra debería buscar argumentos más sensatos para responder ante la justa protesta de los docentes por cuanto lo señalado hasta ahora por ella no pasa de ser un argumento banal, torpe, sensacionalista y, estoy seguro, sin satisfacción de su propia conciencia.