La alcaldesa sólo repartió sonrisas, hizo promesas y al final no hizo nada por su gente. Tal percepción es generalizada en este pueblo de pescadores, de vendedores de comida y donde las magras ayudas oficiales impiden un modesto desarrollo agrícola y trabajos estables.
La Apartada., Córdoba- La alcaldesa de La Apartada le debe una explicación al corregimiento de Puerto Córdoba. Katia Paz tendría la responsabilidad de los problemas de orden público y protestas que se están gestando por la construcción del puente sin resolver la reubicación de los negocios para que la economia no se fuera a pique. La comunidad recalca en que la funcionaria los desatendió y acompañó al presidente Santos a la inauguración desestimando el problema latente.
Corregimiento de Puerto Córdoba, La Apartada.-¿Quién puede oponerse a que se construya una carretera, una escuela o un puente?
En teoría, nadie.
Y si quien lo hace desembotella una zona agrícola, permite el acceso al estudio de niños en zonas apartadas o reduce distancias y proporciona seguridad al transporte, mucho menos habrá oposición.
En este corregimiento cordobés asentado a orillas del río San Jorge -entre Buenavista y La Apartada- hicieron las cosas al revés. En otras palabras, borraron con el codo lo que habían escrito con la mano. Hicieron una obra millonaria pero se olvidaron de la gente, que ahora llora en silencio la desgracia que los agobia. Supuestamente todo lo que hace el hombre debe contribuir al bienestar de sus semejantes, a mejorar su calidad de vida y ser más feliz. La situación es tan crítica que hay rumores de interrupción de la Troncal o de invasión de los costados de la variante para instalar sus negocios.
El nuevo puente es más grande, más moderno y más seguro que el anterior que ya contabilizaba cerca de 60 años de existencia y que, al parecer, sería dejado en el mismo lugar como paso peatonal o para vehículos de poco peso.
Pero el problema es que los vehículos pasan ahora raudos por la nueva variante del monumental puente y olvidaron parar, sentarse y saborear un delicioso sancocho de pescado, una posta de bagre frito o un plato de bocachico con patacón, como era tradicional. Esta actividad era la que le daba vida a Puerto Córdoba, la que permitía el sustento de numerosas familias. En las temporadas vacacionales, tanto de ida como de regreso, familias enteras paraban en este sitio para descansar un momento y disfrutar de su plato favorito de pescado. Las ventas de cada uno de los 12 restaurantes existentes oscilaba entre 500 y 800 mil pesos diarios. Después de la inauguración del puente, escasamente se han vendido una o dos comidas y otros se han ido en blanco.
Desde que empezó a construirse la obra a mediados del año pasado, los pobladores contactaron a la alcaldesa de La Apartada, Katia Isabel Paz Durango, para que ayudara a gestionar oportunamente el traslado de los negocios. La alcaldesa se mostró aparentemente interesada y ordenó una especie de censo de los probables afectados. Pasaron semanas y meses y la mandataria no volvió a aparecer ni a informar sobre la evolución de sus gestiones. Esto motivó a que los dueños de los negocios contrataran un abogado -Fabio Támara Baloco- para reclamar ante Invías, el Mintransporte o ante el mismito presidente Juan Manuel Santos, el daño que se veía venir. El abogado recomendó hacer demandas individuales y no colectivas. Recogió más de 50 documentos debidamente firmados y tampoco volvió a aparecer. Dicen que lo vieron varias veces hablando con la alcaldesa. Hace menos de dos meses, buscaron a otro abogado que también llegó, vió y no volvió. La gente se pregunta ¿qué hubo detrás de estas desatenciones? ¿Por qué no volvieron los abogados? ¿Por qué la alcaldesa tampoco hizo nada por sus gobernados, como es su deber? ¿Se pagaron indemnizaciones? ¿A quiénes y por valor de cuánto?
Por esta razón fue comisionada la señora Práxedes Paternina para entregar una especie de pliego de peticiones al presidente Santos, el día de la inauguración, lo cual cumplió a cabalidad, esta dirigente cívica cuya edad supera el medio siglo. Esta dama es además, candidata al Concejo de La Apartada por el Partido Conservador.
En ese pliego petitorio se solicitó por enésima vez, que se entregara a la comunidad una copia del contrato de construcción del puente y se precisara si estipulaba algún tipo de indemnización por daños y perjuicios ocasionados. Incluso sugirieron que se parara la inauguración hasta tanto no se determinara una solución intermedia como abrir alguna vía alterna y evitar el aislamiento del corregimiento. En medio del barullo de la inauguración, el protocolo, las medidas de seguridad y la prisa del mandatario que tenía que ir a una concentración en Montelíbano, no hubo diálogo. Empero, Santos alcanzó a manifestarle a Práxedes, que se encargaría de atender y solucionar el problema, del cual al parecer no tenía ni idea.