Detrás de números y tragedias

El rostro humano de los niños queda reducido a cálculos estadísticos, a cifras frías e impersonales.

Montería.-Parece que a los gobiernos las cifras les interesan más que la realidad. Lo digo porque esta semana, el Instituto Nacional de la Salud anunció que se investiga la muerte de 19 niños este año en tres departamentos de la Costa Atlántica: 10 en Córdoba, 7 en el Cesar y 2 en Sucre, por posibles causas relacionadas con la desnutrición.
El Secretario (e) de Salud de Córdoba, Edwin Preciado, confirmó que en el Departamento también se investiga la muerte de 34 niños, menores de 5 años, ocurrida durante los últimos 17 meses. En el caso del Cesar, el INS reportó que hasta el 2 de mayo las muertes por posible desnutrición registran un incremento del 75% en igual periodo de 2014.
El caso es que los números parecen ser el refugio de los funcionarios. El periodista y profesor de historia Martín Caparros en su libro El Hambre, hace una pregunta que me permito parafrasear: ¿y si no fueran 34 sino 15 los niños muertos por desnutrición? Y ¿si en el 2016 la cifras en el Cesar se redujeran en un 25%? De seguro los funcionarios saldrían a decir: ¡Qué, bueno, este año no son muchos! ¡no es tan grave la cosa!
En fin, por cualquier causa, el rostro humano de los niños queda reducido a cálculos estadísticos, a cifras frías e impersonales. Buscar y combatir el origen del hambre no importa. Para los gobiernos la historia no existe, con las cifras se mata la sensibilidad humana. Aclaro, las cifras no es que sean malas, es que en Colombia no pasan de ser representaciones que se olvidan con facilidad. Para el gobierno es mejor hablar de cifras, porque las cifras no duelen.

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