La mayoría de los pueblos del Bajo Cauca ha perdido su alma.
Medellin.-Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor entre otros de Las venas abiertas de América Latina, Memorias del fuego y Los hijos de los días, recibió el consejo de su amigo Juan Rulfo de escribir corto y concreto, utilizando la otra punta del lápiz, o sea la goma de borrar. Es el mismo consejo que recibo de mi amigo el director de TIERRA CALIENTE.
El solo título de La otra punta del lápiz, nos enseña que debemos ser cortos al escribir e incluso, al hablar, pues muchas veces debiéramos utilizar la otra punta de la lengua, esa gruesa y pegada a la garganta, para que no nos creamos grandes oradores o doctos de vanos conocimientos.
El alma de nuestros pueblos se ha perdido, por lo que hay que buscar el alma perdida.
La mayoría de los pueblos del Bajo Cauca ha perdido su alma progresivamente a través de una larga cadena de humillaciones, desobediencias obligatorias y de silencios forzados. Nos han impelido durante mucho tiempo a mentir, a callar y nos cuesta mucho hablar con voz propia. Al visitar el cementerio, no se le ocurra preguntar de quién es esa lápida, ni porqué lo mataron y quieén lo mató. ¡Silencio en los labios! como la invitación discretadel angel de la entrada al campo santo. Solo familiares y amigos, recuerdan y rezan en secreto.
La historia de Indonesia tiene algún parecido con la nuestra, la dictadura de ultraderecha apoyada por los gringos de Bush, creó un grupo paramilitar que se autodenominaba los “gánster”. La extorsión y los asesinatos estaban destinados a erradicar el comunismo. Miles de chinos fueron ultimados mediante torturas, descabezamientos y métodos brutales como el ahorcamiento con finos cables. Ver caer una cabeza era motivo de bailes y fiestas. Al llegar la democracia, y al producirse su entrega fueron obligados a confesar mediante una demostración pública y dramatizada de su crueldad. El tema de Voltaire fue su enseña: “Está prohibido matar/ por eso los asesinos serán castigados/ a menos que maten en gran número/ y entre los sonidos de trompetas”.