Tamalameque, Cesar. El saldo que dejó el vendaval del sábado en la noche fue de más de 600 casas destechadas, 27 destruidas en su totalidad, redes eléctricas y árboles en el suelo. En materia humana, las fuertes brisas dejaron cinco adultos heridos y dos menores.
Una hora y treinta minutos tiempo en el cual las fuertes brisas, provocaron la emergencia, que según la alcaldesa Olga Rojas requiere intervención del Gobierno Nacional, para prestar ayuda a los damnificados.
«La emergencia no se puede solucionar de un día para otra porque el municipio no cuenta con los recursos suficientes. Se necesita ayuda del Gobierno Nacional», sostuvo la mandataria.
Los techos de las casas volaron con la fuerte brisa, lo que obligó a los afectados a salir en búsqueda de refugio en otras casa para pasar la noche, en espera de respuestas. Rojas dijo que por lo menos se necesitan 8000 láminas para reponer las que arrancó la brisa de los inmuebles.
Rojas afirma que se ha activado un plan de contingencia, tenemos el apoyo de la Policía Nacional, el Ejército y de la Gobernación del Cesar, con recursos del municipio entregamos 1.500 láminas de zinc, 5.000 ladrillos y 500 bultos de cemento, pero que no es suficiente.
En el municipio la oficina de Gestión de Riesgo del Cesar adelanta un censo para determinar con certeza el número de familias afectadas y canalizar ayuda. Hasta el momento, lo más damnificados son los barrios Alta Palmira y La Rivera, sector donde fueron reubicados los afectados de la ola invernal pasada.