Volvieron camioneros y turistas

Se mantiene sinembargo el temor de que el viejo puente sea quitado o se prohiba, por seguridad, el paso de los  vehículos pesados.

En mayo pasado, durante la inauguración del nuevo puente los habitantes de Puerto Córdoba sacaron pancartas y solicitaron no ser desamparados. Sólo que los dejaran trabajar.

Puerto Córdoba, La Apartada.- Los camioneros y «muleros» que solían detenerse aquí para saborear un plato de bocachico o bagre con patacón y limonada helada, volvieron a parar en este corregimiento donde hay una docena de restaurantes que atiende con solicitud y premura.
A raíz de la inauguración del nuevo puente sobre el río San Jorge, al pie del cual está también esta población, los conductores siguieron de largo y no se acordaron más de comer pescado aquí.
Previamente a la terminación de la obra los dueños de los negocios pidieron permiso para trasladarse hacia los costados de la nueva variante del puente, pero no fue permitido por Invías. La quiebra estaba tocando puertas porque las ventas bajaron a cero, cuando los camioneros y turistas reaparecieron y hoy por hoy la situación se ha normalizado. Durante la inauguración el pasado 27 de mayo, estuvo presente el presidente Juan Manuel Santos, quien alcanzó a ser informado por la dirigente conservadora y candidata al Concejo, Praxedes Paternina, de la situación reinante. Santos prometió no dejar solos a los pescadores y a los dueños de los restaurantes. Hasta ahora no se conoce ninguna acción en su favor del mandatario nacional y aunque aparentemente el problema estaría superado, a los habitantes de este corregimiento perteneciente a La Apartasda y a Buenavista, los asalta el temor de que el viejo puente sea llevado a otro lugar y el problema resurja con mayor intensidad y desesperanza. Por eso los pobladores, que sacaron pancartas y protestaron pacíficamente durante los breves minutos de estancia de Santos, quieren saber qué va a pasar con el viejo puente.
Esa es la clave de todo. Si lo dejan, no habrá problemas; si se lo llevan, no pasarán más vehículos por los restaurantes y entonces exigirían traslado. Además, el viejo puente tiene más de 60 años, se había vuelto obsoleto y un peligro por la nueva carga pesada que recorre nuestras carreteras nacionales.

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