Adiós a la coca, ¡comenzó producción de comida en La Uribe!

Las primeras cosechas de productos como ajonjolí, guandú, maíz, arroz, yuca, plátano, papaya, ají, berenjena, auyama, piña y maracuyá, comenzaron a abrirse paso en el surco caucasiano, Se prevée tatequieto al desempleo, mayor consumo popular, bajos precios y mejoramiento de la dieta alimenticia.   

El entusiasmo y optimismo de Gladys Guzmán Lobo, son contagiosos, preside una asociación de mujeres y trabaja de sol a sol con hijos, hermanos y amigos.

Caucasia.- Las autoridades locales y nacionales no tienen que dar tantas vueltas para encontrar la varita mágica que contribuya a mejorar la situación de tanta gente pobre sin empleo, sin tierra y sin esperanzas. En Caucasia ya la encontraron desde el día en que el Estado decidió entregar tierras declaradas en extinción de dominio, como La Uribe, en la margen derecha del río Cauca y al frente de esta municipalidad. Menos de dos años después, el resultado es enormemente satisfactorio y reconfortante: Donde abundaban la coca y la violencia, ahora imperan el plátano, la yuca, el arroz, el maíz, frutales y legumbres. En la zona urbana de Caucasia están renaciendo las ventas de plátanos y otros productos del campo que hacen parte de la dieta alimentaria en esta región. Y esto es apenas el comienzo.
El gestor y primer dueño de La Uribe, de más de 850 hectáreas, fue Vicente Uribe Rendón, considerado un patriarca antioqueño pionero del desarrollo.
Uribe Rendón fue superintendente bancario, luego gerente y presidente del Banco Comercial Antioqueño, que en los años 20 del pasado siglo se llamó Banco Alemán. Uribe Rendón fue comprando tierras poco a poco hasta conformar la extensión citada. Amó entrañablemente el Bajo Cauca y venía con mucha frecuencia a Caucasia para ver sus ganados y descansar con su familia.


Por achaques de salud la vendió y el predio fue pasando a otras manos hasta que cayó en poder de los hermanos Galeano, narcotraficantes a los que su socio Pablo Escobar ordenó matar en el interior de la cárcel de La Catedral.
La Uribe fue convertida en un infierno. En Caucasia se hablaba mucho de lo que allí acontecía pero públicamente se guardaba silencio. Allí se sembró coca, se procesó, se despachó; paralelamente llegaban hombres y mujeres, se hablaba de bacanales y también de ejecuciones y torturas.
Hasta que el Gobierno declaró la extinción de dominio.
Posteriormente, Corpoica tuvo a La Uribe en comodato, adelantó un programa de fomento ganadero pero no enfatizó en las prácticas agrícolas. A juicio de muchas personas, la hacienda sufrió la pérdida de una reserva forestal que había en su interior. Después se fueron cuando el Gobierno decidió entregarla a asociaciones de campesinos para que la explotaran en tareas agrícolas y fomentaran el uso de especies menores como cerdos, gallinas, patos, etc. Corpoica quedó debiendo una fuerte suma al Municipio por concepto de impuestos y estuvo a punto de ser embargado.
Cuando entraron los campesinos, al alcalde José Arabia se le ocurrió que Corpoica pagara con semillas, capacitación y manejo de suelos para los nuevos huéspedes. Fue una decisión acertada. En esa oportunidad, según los actuales ocupantes de La Uribe, el contador Oscar Suárez, a la sazón secretario de Hacienda, los ayudó grandemente y alentó para que siguieran adelante con sus proyectos en La Uribe.
En total se entregaron 70 hectáreas a cada una de las ocho asociaciones. A su vez cada asociación está conformada por 50 familias que se ocupan de la limpieza, siembra y recolección. Más tarde se agregaron otras dos asociaciones mientras el burgomaestre insistía en la conformación de una asociación manejada por mujeres. La Asociación de Familias Agro empresarias de Caucasia, Asofamca, es resultado de esa iniciativa. La preside Gladys Esther Guzmán, quien trabajó de igual a igual con los varones cuando empezó la recuperación de la tierra abandonada e invadida de gramalote, culebras, jejenes y avispas. Gladys Lobo perdió seis kilos de peso en menos de seis meses. Al llegar la comisión de inspectores, la transformación era evidente y se tenían siembras de arroz, maíz, auyama, guandú, ajonjolí, plátano, entre otros.

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