Firmeza cubana venció a arrogancia gringa

Cuba, con 11 millones de habitantes,  demostró que cada país es soberano y tiene pleno derecho a resolver sus problemas sin ingerencia extranjera y a escoger el gobierno que más le sirva al pueblo. Estados Unidos, con 320 millones de habitantes y cientos de bases militares en todo el mundo, siempre se atravesó en el camino para desprestigiar a Cuba y para deformar su realidad, su lucha y sus logros.

Día histórico en Washington y en La Habana. Mientras sonaba el himno nacional cubano, se izaba la bandera de la isla en la embajada de Cuba. Las dos sedes diplomáticas fueron reabiertas después de 54 años. Más de 500 personas asistieron a la ceremonia celebrada en Washington. El Departamento de Estado de Estados Unidos colocó la bandera cubana en un lugar de honor, junto a las de otros 150 países. Si bien se han restablecido las relaciones diplomáticas entre ambos países, continúa en vigor el devastador bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba y permanece en funcionamiento el centro de detención de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo. Más de 100 prisioneros permanecen aún allí, muchos de los cuales recibieron autorización para su liberación hace más de diez años.
La Embajada de Cuba estuvo colmada de diplomáticos cubanos y estadounidenses, autoridades de gobierno, artistas, músicos y activistas. Muchos de los allí reunidos trabajaron durante décadas para la llegada de este momento. Uno de ellos es Ricardo Alarcón: “Hay que reconocer que esta es una victoria nuestra, de nuestro pueblo y de todos aquellos que se opusieron a las políticas estadounidenses durante este medio siglo”. En tiempos de la revolución cubana, Alarcón fue un destacado dirigente estudiantil y posteriormente se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores de Cuba y presidente de la Asamblea Nacional, el parlamento cubano.

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