Obsesión por el cambio

Hace 20 años, cada semana, recorría trochas y caminos polvorientos de numerosas veredas para atender a enfermos. Hoy, con mejores vías y más facilidades, las visitas se hacen cada mes.

Wilson Santana Díaz, candidato a la Alcaldía de Caucasia con el aval de la Unión Patriótica.

Caucasia, (Por Alfonso Omega).-El médico Wilson Santana Díaz reconoce que en materia política ha sufrido muchas frustraciones, pese a haber sido ratificado por importantes sectores sociales de esta ciudad para tres periodos en el Concejo. Alguna vez propuso incluir carne de pescado en la dieta diaria de los niños de los Comedores Comunitarios y la iniciativa no pasó; otra vez sugirió a través de un proyecto de acuerdo que no se permitiera el ingreso a las Corralejas de menores de edad, por la implicación que tiene el maltrato a los animales y la potencial muerte o heridas de improvisados toreros o «manteros»;  en todo momento ha pugnado por dar el estatus que merece el Concejo de Caucasia y sus ediles, para que no sean lo que son hoy: simples correveidiles del alcalde de turno sin mayores iniciativas propias en favor del pueblo, sin capacidad de crítica y abrumados por el desgano hacia toda propuesta que tenga verdadera proyección social. «Lo social no genera ingresos y por eso no hay interés, lo que se hace es aprobar o no facultades al burgo maestre para todo un año», sostuvo Santana Díaz. A partir de ahí el alcalde de turno es el que «legisla» y los miembros de la corporación al perder control político, se convierten en meros convidados de piedra y en verdaderos figurones de la democracia de papel. Como si fuera poco, los concejales en muchas oportunidades aprueban o desaprueban con criterio político -no por principios- iniciativas que evidencian su contenido social y su beneficio para los más humildes. En este sentido, este médico valduparense con dos docenas de años viviendo en Caucasia, con dos hijastros que adora -Manuel y Kelly-, un par de hijas -Estefanía y Estefany- estudiantes de Odontología y de bachillerato, en su orden, decidió someter su nombre a consideración de la comunidad en procura de la Alcaldía. Santana Díaz fue médico de Urgencias en el hospital CUP, también  comunitario, durante dos años y conoció palmo a palmo las necesidades de salud del área rural. Su aval siempre fue a través del partido de la U. Esta vez, lo avaló la Unión Patriótica sin cobrarle un peso y sólo porque hay una identidad en hacer el bien y trabajar por el pueblo. Por eso su obsesión por el cambio de costumbres y de actitudes, va muy en serio.

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