Un paso fundamental

Habrá que estar muy atentos a salirle al paso a los intentos de desestabilización que intentarán crear los enemigos de la paz.

El acuerdo sobre justicia transicional y restaurativa que presentaron el Gobierno y la guerrilla de las Farc en La Habana, es un paso de gran importancia hacia la terminación del conflicto armado en Colombia.
Es todavía más trascendente el anuncio conjunto hecho por el presidente Santos y el jefe de las Farc, alias “Timochenko”, de que el acuerdo final se dará en un plazo máximo de 6 meses y que, dos meses después se iniciará la dejación definitiva de las armas.
Los comandantes guerrilleros han aceptado que, por diversas circunstancias, han sido victimarios.
Se puso como condición fundamental de juzgamiento la revelación y el compromiso con la verdad, lo cual, además de recoger una de las principales exigencias de las víctimas y de la opinión pública colombiana, será el referente esencial de la pena o castigo respectivo y proporcional a la falta cometida.
Además, se crea un marco jurídico y una jurisdicción especial de paz que juzgará a todos los eventuales involucrados en los delitos relacionados con el conflicto armado, incluyendo guerrilleros, agentes del Estado y particulares comprometidos. De igual manera, se diferencian y tipifican los delitos de lesa humanidad, los delitos políticos, los conexos y los comunes, que servirán de base para aplicar ese tipo de justicia supletoria.
Queda pendiente que el ELN y algunos reductos del EPL tomen el mismo camino y ofrezcan al pueblo y a la sociedad colombiana la oportunidad de impulsar y concretar las transformaciones democráticas de tipo estructural que la Nación requiere con urgencia.
Entendemos que se debe diferenciar lo que es la terminación del conflicto armado de lo que efectivamente es la construcción de la paz, pero creemos así mismo, que la superación de ese conflicto por la vía política negociada es una contribución formidable a la consolidación de un clima de paz y de reconciliación entre los colombianos.
El apoyo irrestricto a los acuerdos por parte del gobierno de los EE.UU. que llevó, incluso a su enviado especial, Bernard Aroson, a afirmar que “en el Acuerdo de justicia entre el gobierno y Farc no hubo impunidad” y la opinión favorable de la Fiscal de la Corte Penal Internacional.
La noche de violencia fratricida que nos ha causado tanto dolor y muerte está cerca de terminar. Los enemigos de la reconciliación están al acecho y van a aprovechar cualquier error para poner a las mayorías nacionales en contra de los acuerdos.
Con sentido de solidaridad y serio compromiso por la paz, llamamos a la serenidad, a la prudencia, a poner los intereses colectivos por encima de las apetencias partidarias, a no ser triunfalistas y vengativos, a ayudar a crear condiciones espirituales para el perdón y la verdadera reconciliación. Habrá que estar muy atentos a salirle al paso a los intentos de desestabilización que intentarán crear los enemigos de la paz. No dudaremos un instante en denunciar esas actuaciones.
Llamamos al pueblo colombiano, a los partidos políticos, a la academia y a la juventud a contribuir desde sus espacios para desarrollar un gran movimiento democrático que nos permita salir adelante en el inmenso reto de superar esta dura etapa de la vida nacional, que nos ha imposibilitado estar a la altura de otros pueblos y países donde soplan “los vientos del sur” y avanzan hacia el desarrollo económico integral y el bienestar pleno para sus gentes. (Semanario Caja de Herramientas) Condensado por TIERRA CALIENTE

Comparte esta noticia con tus amistades:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *