BOGOTÁ.- Armados de buena fe, de respeto por sus semejantes y convencidos de que se pueden hacer bien las cosas, este puñado de alcaldes y gobernadores fue destacado nacionalmente por su pulcritud, honradez y tesón. Ellos tropezaron con muchas piedras en el camino pero supieron vencer obstáculos e incomprensiones. Al concluir diciembre con seguridad entregarán municipios diferentes y mejores a los que recibieron hace cuatro años y dejan su semilla y su ejemplo para que quienes los sucedan naveguen en el mismo barco. Ellos constituyen una riqueza moral que honra al país y que sus compatriotas anhelan ver multiplicada.
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