Maduro ha dicho que no le dará libertad a Leopoldo López, ni a los demás presos políticos y que con la Revolución Bolivariana continuará gobernando, así sea en la calle
Ya pasó el 6 de diciembre con el triunfo contundente de la oposición sobre el oficialismo en Venezuela. El 7 de diciembre el régimen de Maduro y sus lugartenientes, aceptaron no de muy buena gana, la cuenta de cobro que el pueblo les pasó al obtener 112 escaños en la asamblea nacional, desplazándolos del poder que ejercían dictatorialmente sobre el sufrido pueblo, que cansado de soportar las largas colas por el desabastecimiento, la falta de alimentos de primera necesidad, de medicinas para sus enfermos, de injusticias con los presos políticos, de inseguridad ante los delincuentes y de pobreza absoluta ante la inflación más alta del mundo, decidieron optar por el cambio y abandonar las falsas políticas del chavismo.
Ante tan aplastante fracaso, Maduro y sus compinches ya el día 9 de diciembre, empezaron a urdir su estrategia para no entregar de muy buenas maneras, los logros obtenidos antes del 5 de enero próximo, cuando se posesionarán los 167 asambleístas y ha dicho que no le dará libertad a Leopoldo López, ni a los demás presos políticos y que con la Revolución Bolivariana continuará gobernando, así sea en la calle: “y nosotros en la calle somos candela” sentenció antes del 6 de diciembre. Luego el 10 del mismo mes faltó a su palabra de aceptar la decisión del pueblo en las elecciones y arremetió amenazante con comandar la revolución radical bolivariana.
Esperemos que sean patadas de ahogado y que no vengan días aciagos para nuestros hermanos venezolanos.
Dura tarea les queda a María Corina Machado, a Enrique Capriles y a los 112 asambleístas opositores del régimen, para enderezar el curso del diario vivir, pues van a recibir un país en ruinas y con la oposición de un derrotado y dolorido gobierno chavista.
Con beneplácito recibimos en Colombia el cambio en Venezuela y esperamos que Juan Manuel Santos se desligue por siempre de Maduro y de Diosdado, que tan mal lo han tratado y que cuide muy bien el futuro de nuestra patria, ante las pretensiones de las Farc, al firmar el tratado de paz.