¿Los mató una maldición indígena?

Un extraño caso ocurrido en el sitio donde hoy se halla el cementerio de El Cedro, Cereté. 

Caserío de El Cedro.

Cereté, Córdoba.- El día estaba muy soleado y reverberante.
Aquel día cuatro hombres acordaron participar en el entierro de un difunto.
Primero tenían que cavar la tumba. En esa tarea se encontraban cuando sus picos y palas se toparon con una osamenta perteneciente, según supieron después, a un indígena zenú de esos que habitaron a Córdoba mucho tiempo atrás, antes que el cementerio de El Cedro existiera.
Los cuatro hombres sacaron los restos en medio de una borrachera y su decisión fue considerada por muchos vecinos del corregimiento El Cedro como una profanación. no sin antes romper la calavera y usar la parte del cráneo como recipiente para servirse otra ronda de «ron neque». Los que observaban aquella osadía calificaron el hecho como una especie de festín etílico satánico. Lo que ocurrió después y las interpretaciones dadas, hacen parte de las especulaciones del pequeño caserío cereteano. En menos de un año, al parecer, por una supuesta maldición tras profanar la tumba del indígena, murieron, Manuel Suárez, Antonio Sánchez y Pedro Pastrana. El cuarto hombre, Pedro Estrada, actualmente vive, pero está ciego.
“Eso fue en 1958. Pero nunca se supo qué pasó en realidad y cuál fue la causa de las extrañas muertes de aquellos hombres”, sostuvo David Ruiz Araujo, testigo ocular del caso.
Se esparció el rumor de la probable maldición de antepasados del indio que habrían rezado la sepultura, precisando que quien se atreviera a abrirla sin permiso, moriría. No obstante, algunos moradores de nuevas generaciones lo niegan y creen que todo es puro cuento. Lo cierto es que algo extraño contribuyó a la muerte de tres y a la ceguera de otro. «Algo raro los aniquiló, nadie jamás supo qué ocurrió en realidad. Experimentaron diferentes síntomas o anomalías en el cuerpo como dolor de cabeza, inflamación de hígado, dizque provocada por el maldición”, dijo David Ruiz Araujo, habitante del Cedro.
«En el pueblo, hay tres versiones del fallecimiento de estos hombres: 1) Una enfermedad contraída de los restos óseos del aborigen. 2) Una intoxicación provocada por consumir licor artesanal, sin recibir atención con celeridad en centro médico. 3) Los aniquiló una fuerza misteriosa proveniente de la maldición», finalizó Ruiz Araujo. El Cedro se localiza al nororiente de Cereté, limita al norte con San Pelayo y Chimá. Al sur con el corregimiento de Martínez. Al este con Ciénaga de Oro y con el corregimiento de Manguelito.

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