Rendimientos se han incrementado en todo el país gracias al programa Adopción Masiva de Tecnología. Se ha pasado de 3.5 toneladas a 5.5 toneladas por hectárea en toda la zona del Caribe, que incluye a La Mojana y al Bajo Cauca,
convirtiéndose en competitivos.
Montería.- Si los resultados de subastas son realmente buenos como los del año pasado, Caucasia podrá ir pensando seriamente en la construcción de una planta de secamiento, almacenamiento y trilla para toda la región del Bajo Cauca, que estaría en capacidad de manejar entre 15 y 20 mil toneladas de arroz.
El anuncio lo hizo a TIERRA CALIENTE Rafael Lozano Hernández, gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, quien recientemente presidió una asamblea regional del gremio en la capital de Córdoba. Las subastas de arroz son las que generan mayores ingresos a la agremiación nacional y permiten hacer este tipo de inversiones. Precisamente, este año, está programada una planta en el Meta a tiempo que Casanare y Valledupar ya cuentan con la suya. La del Bajo Cauca sería la cuarta de Fedearroz, en momentos en que se registra en esta región un auge e incremento del cultivo. Por ejemplo, sólo en la hacienda La Uribe, ubicada en la margen derecha del río Cauca y al frente de Caucasia, los parceleros que recibieron tierras de este lugar declarado en extinción de dominio por la desaparecida Dirección Nacional de Estupefacientes, están cultivando además de productos de pancoger, numerosas áreas en arroz. Se estima que el incremento podría superar las dos mil toneladas por cosecha.
«El programa Amtec ha demostrado sus bondades y beneficios en todos los rincones arroceros de este país, porque baja costos de producción, aumenta la rentabilidad, la productividad y sobre todo la competitividad. Quien aplique Amtec es competitivo frente al arroz que pueda llegar de Estados Unidos cuando se termine de desgravar el arancel estatal de libre comercio», destacó Lozano Hernández.
Añadió que Amtec está en todo el país y que por el momento su cobertura alcanza 172 mil hectáreas bajo su amparo. Pero faltan otras 300 mil aproximadamente que podrían materializarse a la vuelta de cuatro años.
Lozano Hernández, quien impidió con argumentos que el Gobierno le quitara a los arroceros el arancel, agregó que «uno no puede dar batallas porque sí. Las municiones de las batallas son los resultados que uno puede presentarle al Gobierno. Lo entendieron muy bien y por eso el arancel sigue vigente. Y espero que siga asi hasta que seamos plenamente competitivos todos los arroceros de Colombia», dijo finalmente.