Programa de educación que no se acredite este año, desaparece.
Montería.– La nueva decana de la facultad de Educación y Ciencias Humanas de la Universidad de Córdoba, María Alejandra Taborda Caro, sostuvo que por encima de todas las consideraciones y acciones que cumpla la dependencia a su cargo, hay que propender fundamentalmente por la formación de un maestro con verdadera vocación de servicio, especialmente si se observa la situación de Córdoba donde se dan la pobreza y la riqueza en forma extrema.
La facultad que nos ocupa tiene ocho programas, es una de las más antiguas del claustro de enseñanza superior y la segunda más grande de toda la región Caribe.
Taborda Caro, de trato sencillo y amable, es una profesional de muchos pergaminos académicos: licenciada en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica de Bogotá; geógrafa de la U.Nacional; magister en Geografía y Doctorada en Educación; estuvo encargada de la creación de la oferta postgradual de la facultad y fue asesora en temas curriculares de la facultad de Enfermería de la U. Nacional a través de un programa de extensión.
La nueva decana, quien ejerce sus funciones desde principios de febrero, deberá acreditar todos los programas antes de culminar este semestre pero ante todo, humanizar la información docente.
«La misión que tengo es de dos direcciones: a) Acreditar todos los programas de educación en un tiempo casi récord, lo cual es una exigencia del Ministerio de Educación; programa de educación que no esté acreditado este año, desaparece. O sea, es de una obligación perentoria. b) Pero creo que la labor más importante que debo cumplir en estos momentos es insistir en la formación de un maestro con un mayor perfil humano, que entienda el contexto al que tiene que enfrentar. Es un contexto con unos niños de una pobreza más aguda que el resto del país, con deficiencias cognitivas y afectivas. Digamos que un maestro con rasgos humanos muy profundos, un maestro para la región cordobesa que pueda llegar a comprender -por ejemplo lo que son la zona costanera y sur de Córdoba- y eso requiere de un ejercicio más delicado en su formación. Es tocar la fibra más íntima de la formación del maestro y, creo que, por encima de lo acreditable, esa es la labor más importante de esta decana».
Explicó que la Universidad no forma solo para la educación pública o la privada pero reconoció que la mayor cantidad de estudiantes que tiene la Facultad, está en la educación pública y este es un departamento con extrema riqueza y exptrema pobreza.
«Yo aspiro a que mis maestros lleguen a la extrema pobreza. Y ese es el deber de la educación pública: atender a los más necesitados. Esencialmente necesitamos formar un maestro con vocación de servicio», recalcó finalmente.