Fue muy confortante ver cómo los colombianos adeptos al SI, empezando por el presidente Santos, aceptaron la derrota.
Con el triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre y con el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al presidente Santos, el proceso de paz en nuestra patria, parece haber creado un ambiente de solidaridad y reconciliación, como nunca antes se había visto entre los seguidores del SI y del NO.
Fue muy confortante ver cómo los colombianos adeptos al SI, empezando por el presidente Santos, aceptaron la derrota y que los que votaron por el NO, lo hicieron porque quieren la paz, pero con modificaciones al acuerdo logrado en La Habana y firmado con lujo de detalles el pasado 26 de septiembre en Cartagena, por el presidente Santos y el comandante Timochenko.
Empezó a vislumbrarse un movimiento de unidad nacional por la paz, promovido por estudiantes y seguidores del SI exigiendo que no se modifique el Acuerdo de Paz ya firmado, lo que para los seguidores del NO es inaceptable, porque el acuerdo para poder implementarse, necesita rebajar la cantidad de concesiones que se le otorgaron a la Farc, las mismas que se deben modificar, para no entregar el país a las exigencias del grupo narcoterrorista.
Ante esta coyuntura, el presidente Santos ordenó al jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle y su acompañante, a que se desplazaran inmediatamente a La Habana, a mediar ante la plana mayor de la guerrilla de las Farc, para que cedieran en sus pretensiones para acceder a la vida civil y política colombiana. La respuesta de Timochenko y sus secuaces tiene en ascuas al país, pues para ellos el acuerdo de la paz es inmodificable y lo firmado, firmado está. He aquí el gran error de Santos, haber convocado la firma del acuerdo de paz en Cartagena, con bombos y platillos y con personajes internacionales y mandatarios de muchos países, antes que el pueblo colombiano decidiera si aceptaba o no, una verdadera paz estable y duradera. Como quien dice, “ensilló sin traer la bestia”. Con respecto al hecho de habérsele otorgado el premio Nobel de la Paz, es loable si se lo dieron por su persistencia para lograrla, aunque todavía no la ha logrado y falta mucho trecho para hacer los ajustes al acuerdo, para lograr la paz que todos los colombianos queremos.