MONTERÍA.- En nuestra edición pasada publicamos la foto de la izquierda para mostrar el mal estado del pavimento y la piscina que se forma luego de cada aguacero por falta de drenaje. Días después una cuadrilla de obras públicas tapó el enorme hueco (foto derecha). El parcheo fue pésimamente hecho. La superficie quedó áspera, rugosa, burda y se siente como si se pasara sobre la temible «escalerilla». Llovíó luego del reparcheo y volvió a formarse la piscina, cuyas aguas estancadas pudrirán otra vez el asfalto. Señores ingenieros, por favor, falta un drenaje que no hicieron desde que construyeron el puente Bicentenario de la calle 41. Por eso, aplausos por ser diligentes en atender el problema en la margen izquierda; una caja de tomates podridos para los autores de tan mal parcheo y una docena de huevos descompuestos para los burócratas que no solucionaron el problema del drenaje.