Cereté, Córdoba.- La CVS inició la demolición de obras realizadas por diferentes finqueros y agricultores que obstaculizaban el normal flujo de aguas en la ciénaga de Corralito, en jurisdicción de Cereté.
Se trata de un importante espejo de agua que desde muchos años atrás fue siendo desecado impunemente ante la mirada cómplice de la entidad que hoy trata de resarcir un poco tales daños. En medios ambientalistas y ecologistas se han preguntado siempre por qué la flamante CVS, no intervino oportunamente a pesar de contar con herramientas legales hasta el punto ser autónoma. Con esa paquidermia y como testigos mudos, dejaron desecar importantes espejos de agua y humedales en todo el territorio cordobés; espejos de agua que disponian de población íctica importante y servían de alternativa alimentaria para los humildes del campo. Con la ayuda de maquinaria pesada se destruyeron por lo menos 600 metros de terraplén, «que permitirá mantener las condiciones ambientales adecuadas para la preservación de la fauna, flora y conservación del recurso hidrobiológico en beneficio de pescadores y campesinos de la zona», dice un aparte de un boletín con sabor a pírrico triunfalismo expedido en tal sentido por la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge..
Asistió otro cómplice de la masacre ambiental sufrida por Córdoba: la Procuraduría Agraria y Ambiental Córdoba y otras entidades.
De la ciénaga de Corralito se están tratando de oxigenar sus despojos, lo poquísimo que quedó de una inmensa laguna repleta de riqueza, de agua y de vida.
Por eso hay quienes sostienen a propósito de este acontecimiento, que ojalá les dure mucho y les crezca la valentía a los grandes heliotropos de la CVS para cumplir por fin con el el sagrado deber de conservar y preservar.