La magnitud y devoción con las cuales se llevó a efecto el homenaje póstumo a las víctimas de la tragedia aérea, en la cual perecieron 71 personas que venían de Santa Cruz de la Sierra, Bolivía, en el avión de la empresa LaMía, trascendió las fronteras regionales y selló el sentido solidario de los antioqueños y colombianos, por la cantidad de detalles que rodearon el luctuoso acontecimiento. Cerca de 100 mil personas hicieron presencia dentro y fuera del estadio Atanasio Girardot y dieron la despedida a los fallecidos con increíble fervor y llanto. Varios de los oradores con voz quebrada debieron interrumpir sus palabras y otros ni siquiera comenzaron su alocución. .
Los ausentes
Hubo informidad porque ningún funcionario del gobierno nacional hizo presencia. Tampoco el clero católico, el arzobispo de Medellín ni “fu ni fa” y lo más reprochable, en el lugar del accidente, el tristemente famoso Cerro Gordo del municipio La Unión, ningún sacerdote apareció siquiera para bendecir los difuntos. Calificación de mala conducta dieron los antioqueños a gobernantes y directores espirituales.
¿Y la responsabilidad?
En el piloto Miguel Quiroga, quedaría la mayor culpa, porque no utilizó las medidas preventivas dispuestas para estos casos, incluida la clave de máxima urgencia. Hay que advertir que era el dueño del avión. La Asociación de Controladores Aéreos, expidió un comunicado apoyando el proceder de la funcionaria que afrontó la emergencia hasta el desenlace fatal, bajo las normas exigidas y más aconsejables. El Círculo de Periodistas y Comunicadores de Antioquia y el Club de la Prensa de Medellín, lamentaron la pérdida de 20 colegas que venían en el avión a cubrir el cotejo entre el Chapeocoense y Nacional, por la final de la Copa Suramericana.
Distinciones merecidas
Desde otro ángulo más amable, se destacan los galardones otorgados a los colegas Ferney Arias y David Ortiz de El Colombiano por parte de Seguros Mundial y Fedesarrollo. Arias y Ortiz hacen parte de las páginas .económicas del diario citado. Igualmente fueron distinguidos Julio Betancur Carrillo, Jota Enrique Ríos y el relacionista público Jaime Tatis del Valle, con el premio Orden Cámara de Comercio, categoría Oro.
En libertad
Hay expresiones de alegría por la libertad del dirigente, Luis Alfredo Ramos Botero, decretada por la Corte Suprema de Justicia. Estuvo 40 meses detenido en Bogotá sindicado de nexos con paramilitares. La justicia revocó la medida porque no se han hallado pruebas del presunto delito. Empero, el caso no ha sido cerrado.