Un supuesto sector de paramilitares. terratenientes de extrema derecha y Bacrim, con la probable complacencia de «manzanas podridas» del Ejército y la Policía, está asesinando uno a uno, selectivamente, dentro de un plan bien premeditado, a integrantes del Movimiento Marcha Patriotica y a líderes comunales, cívicos y ambientalistas de corregimientos, veredas y municipios apartados, perteneciemntes a grupos y partidos de izquierda.. El macabro plan parece calcado de la operación exterminio que se ejerció años atras contra miembros de la Unión Patriótica, cuando fueron acribillados tres candidatos presidenciales, varios senadores y representantes a la Cámara, diputados y centenares de concejales. Y todo porque piensan diferente y porque los poderosos no quieren que este país cambie para seguir disfrutando mezquinamente los privilegios del poder.
Según el Mininterior, Defensoría del Pueblo y organizaciones defensoras de derechos humanos, así han sido silenciados campesinos, indígenas y líderes, en los últimos meses de este año:26 de agosto, Roberto Taicus Bisbicus. Tumaco, Nariño, líder del pueblo indígena awá y profesor del centro educativo de la comunidad El Hojal La Turbia, zona rural de Tumaco. El día del asesinato Taicus había retirado dinero de un banco en Tumaco y se dirigía a su casa, cuando una motocicleta interceptó el taxi en el que se movilizaba y desde allí le dispararon. Taicus tenía un papel activo en el proceso político y de resistencia de la Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa).
28 de agosto, Diego Alfredo Chirán Nastacuas, 24 años, Barbacoas, Nariño, indígena awá. Su cuerpo fue encontrado en la vía que conduce de Tumaco a Pasto amarrado cerca de un retén militar, con signos de tortura y siete impactos de bala. Un grupo de hombres se lo había llevado a la fuerza de su vivienda en el corregimiento El Diviso, municipio de Barbacoas.
29 de agosto, Luciano Pascal García, 23 años, y Alberto Pascal García, 21 años, Tumaco, Nariño. Los dos pertenecían a la guardia indígena awá. Recibieron varios disparos desde una moto, mientras se desplazaban del corregimiento de Llorente, Tumaco, hacia el resguardo Hojal La Turbia.
28 de agosto, los líderes Nereo Meneses, Joel Meneses y Ariel Sotelo, defensores del medio ambiente y miembros del Comité de Integración del Macizo Colombiano, Cima. Asesinados en la vereda La Herradura municipio de Almaguer, sur del Cauca. Seis hombres vestidos de camuflado y fuertemente armados los interceptaron en la carretera, los condujeron a la vereda Monteoscuro y allí los mataron. Eran abiertamente opositores a la minería y a la siembra de cultivos ilícitos en su territorio.
5 de septiembre, Simón Álvarez Soscué, 64 años; Martha Pipicano, 65 años; Libio Antonio Álvarez , 36 años y Salvador Acosta. Sucre, Cauca. Los cuatro campesinos fueron asesinados en la vereda Pueblo Viejo, municipio Sucre, Cauca. Ocho hombres vestidos de negro y portando armas de largo alcance atacaron a Simón Álvarez y a Salvador Acosta. Luego prendieron fuego a una casa aledaña, propiedad de la familia Álvarez Moncayo. En su interior fueron encontrados los cuerpos incinerados de Martha Pipicano y Libio Antonio.
8 de septiembre, Cecilia Coicué, 58 años, Corinto, Cauca. Líder indígena y campesina. Fue encontrada muerta cerca de una quebrada que linda con su finca El Vergel, vereda La Cominera, municipio de Corinto. Fue atacada con arma blanca a la altura del cuello. La mujer planeaba alquilar sus tierras para instalar una zona veredal transitoria de normalización, acordada entre el Gobierno y las Farc.
8 de septiembre, María Fabiola Jiménez de Cifuentes, 69 años, Barbosa, Antioquia; líder se derechos humanos, vereda Las Lajas, Barbosa, Antioquia. Viajaba en el segundo asiento de un bus, recibió siete disparos de una persona que también iba en el vehículo. El ataque se presentó a la entrada de la vereda Isaza, a unos cinco minutos del casco urbano de Barbosa.
11 de septiembre, Néstor Iván Martínez, San Juan del Cesar, líder del Congreso de los Pueblos, vocero de la Comisión de Interlocución y miembro del Consejo Comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación, en el Centro de Cesar. Hombres armados que se movilizaban en motocicletas arribaron a su finca, zona rural de la Sierrita, municipio San Juan del Cesar, amarraron al administrador de la finca y esperaron la llegada de Martínez para asesinarlo. Era ampliamente conocido por su trabajo en defensa del territorio y el medio ambiente.
John Jairo Rodríguez, acribillado en el Cauca. Apareció muerto el 1° de noviembre con impactos de bala en una zona rural de Caloto. Vivía junto con su familia en el corregimiento El Palo, en Caloto. Era padre de cuatro hijos y trabajaba en el taller de motos de su padre. En el 2001, él y su familia fueron desplazados por paramilitares hacia Palmira, en el Valle. Era líder en la Asociación de Trabajadores Campesinos.
José Antonio Velasco, 22 años, el menor de seis hermanos; murió la noche del 11 de noviembre, después de visitar a su madre en la vereda El Pílamo, en Caloto; era líder social, fue encontrado en un puente, gravemente herido y llevado a un centro de salud en grave estado. De allí fue trasladado a la Clínica Valle del Lili, en Cali, pero el disparo le provocó muerte cerebral y dos días después tuvo que ser desconectado.
Erley Monroy, muerto en Caquetá, a tres kilómetros del batallón Cazadores de San Vicente del Caguán, el 18 de noviembre, 54 años y defensor del medio ambiente; se enfrentaba a empresas petroleras y mineras que llegaban a la zona de Losada y El Guayabero, entre Caquetá y Meta; dirigente de la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero, casado y tenía una hija.
Didier Losada Barreto, 28 años, ex presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Platanillo, a dos horas y media de San Vicente del Caguán. Lo mataron dos encapuchados en su propia casa, frente a su compañera e hijos.
Rodrigo Cabrera, 39 años. Recibió 16 proyectiles de bala el 19 de noviembre en Policarpa, Nariño, cuando se trasladaba en mototaxi a su casa, en la vereda Rosales corregimiento de Altamira; líder campesino dedicado a la agricultura y la ganadería y miembro de la Marcha Patriótica. Tenía esposa y dos hijos.
Danilo Bolaños Díaz, 21 años y nacido en Leiva, Nariño, líder comunitario y delegado de las comunicaciones de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Nariño. El 19 de noviembre sufrió un atentado y resultó ileso cuando viajaba a La Unión, después de asistir al Cabildo por la Paz. Le dispararon seis tiros, pero ninguno lo alcanzó. Ahora está en Pasto, esperando protección.
Víctor Hugo Cuéllar, campesino de 50 años y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Victoria, en La Macarena, Meta. Sufrió atentado a bala y está grave. Cuéllar también es del comité de la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Centro Oriente Colombiano.
Según el Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores de Derechos Humanos en Colombia, en la mayoría de los casos los presuntos responsables señalan a grupos paramilitares con un 68%, mientras el 22% corresponde a desconocidos y 10% a agentes estatales (Policía Nacional, Fuerzas Militares, CTI, otros. Las guerrillas de las Farc y el ELN aparecen con presunta responsabilidad en 2 casos Es importante mencionar que todos los presuntos responsables disminuyeron en sus porcentajes de participación, menos las fuerzas de seguridad del Estado que por el contrario subieron en su presunta responsabilidad: pasaron de 5% en 2015 (19 casos) al 10% en 2016 (32 casos).
El viceministro del Interior, Guillermo Rivera, explicó que lo que ocurre,por ejemplo, en Tumaco y en la costa Pacífica, «es que hay estructuras de crimen organizado derivadas del narcotráfico y la minería ilegal. Y esa es una realidad no de estos meses, ni de estos días, sino de los últimos años. Frente a esto se viene actuando, se han capturado y se han dado de baja cabecillas.
Por si parte, fuentes del Programa no gubernamental Somos Defensores, sostienen que el Gobierno sólo está reaccionando «en la medida en que haya muertos». Esta organización anticipó que después de la firma de los acuerdos va a venir una violencia generalizada, ¿qué se está haciendo para reaccionar a eso? «Hay una fuerte presencia de grupos oscuros cuya configuración no se sabe pero muchos de ellos provienen del paramilitarismo.