La concentración de mercurio que tiene la ciénaga de Ayapel, según el presidente de una entidad ambientalista de ese municipio, es un grave problema que lo comparte con otros vecinos que sufren en mayor o menor medida la misma emergencia. Y es que a diferencia de Ayapel, donde las alarmas ya están encendidas sobre el particular, en otros municipios donde se ejerce la explotación aurífera utilizando ese metal, ignoran de qué magnitud es el mal.
Quizás porque le han restado importancia, o porque carecen de estudios e investigaciones o de los recursos para emprender los. La cantidad de mercurio sobrepasó los topes de tolerancia y de ahora en adelante pueden morir más peces, incluso en estado larvario o como alevinos.
De la misma manera que se lanza por los cuatro costados del país un SOS al Gobierno para que proteja a los líderes campesinos, a los indígenas, a los ambientalistas y comunales, a los cuales están matando uno a uno ante la casi impotencia de una nación que busca la paz, lo mismo está pasando en Ayapel, en el Bajo Cauca y en otros contornos regionales. Nadie sabe qué tanto nos estamos intoxicando, pero lo cierto es que compartimos un veneno común.