Bogotá.- Una ferviente exhortación para reversar la corriente del odio, la exclusión y la discriminación, porque “nuestro pueblo es uno solo y se llama el mundo. Y nuestra raza es una sola y se llama humanidad”, hizo el Premio Nobel de Paz 2016, Juan Manuel Santos Calderón.
“En medio del terrorismo, las guerras, las contiendas raciales o religiosas, la discriminación, la crisis de los refugiados y el rechazo creciente a los migrantes, frente al discurso de odio y exclusión que conquista los corazones atemorizados, ¿qué le podemos decir a la humanidad?”, señaló al intervenir en la 16.ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz
“En estos tiempos desafiantes, nos llegó la hora de reversar esa corriente”, enfatizó.
Sostuvo que es necesario abandonar las formalidades del lenguaje para hablar del amor y el odio, “fuerzas que realmente dominan las acciones de los hombres y de las mujeres, es decir, de las familias y las comunidades, de las naciones del mundo”.
Explicó que el amor significa unidad y que en tal sentido “los seres humanos somos uno, una sola familia, una sola raza de todos los colores y que lo que pasa a uno le pasa a todos”.
A continuación indicó que el amor también es compasión, que “nos permite ponernos en los zapatos del otro y buscar un punto de vista común para hacer posible la convivencia”.
Así mismo, dijo que cuando se habla de amar se hace referencia a la tolerancia, al conocimiento pleno de que “la diferencia y la diversidad son las riquezas más valiosas de nuestras culturas”.
“Dentro de cada victimario hay una víctima que grita; hay un ser humano que teme y que heredó sus miedos y prejuicios de sus mayores o de sus líderes”, señaló.
Sostuvo que existe miedo se da paso al desconocimiento y los demás son amenazas. “Cuando hay miedo, rechazamos al diferente, nos negamos al cambio y la evolución, obramos sin compasión ni respeto y se aplastan los derechos del otro”.