Lo que el viento se llevó

Con tantas mentiras y corrupción, que en muchos casos lo tocan, sorprende que Santos no haya renunciado.

Gracias a los multimillonarios costos que pagó Colombia durante más de 4 años en La Habana, para llegar a un acuerdo de paz con las Farc, Timochenko y sus secuaces tienen ya legalizado su partido político y se lanzaron como candidatos para las próximas elecciones, evidenciando así la primera gran mentira del presidente cuando trinó el 23 de mayo del 2012: «Ni Timochenko ni ninguno de los cabecillas de la guerrilla,van a llegar a cargos de elección popular, por el marco jurídico de la paz».
Las promesas incumplidas han sido una constante en el gobierno de Santos. Durante un debate en El Tiempo, en 2014, aseguró que «cualquier persona que haya cometido crímenes de lesa humanidad, tiene que ir a la cárcel, porque así lo dicen la Constitución y la legislación internacional». En los debates para buscar su reelección prometió mejorar el salario mínimo y reducir la cuota de salud de los pensionados. Por el contrario, subió los impuestos, el IVA y los servicios públicos. Para subir su baja popularidad en junio del 2015 dijo: «No habrá curules gratis para las Farc».
Con tantas mentiras y corrupción, que en muchos casos lo tocan, sorprende que no haya renunciado. Y no lo hará,como no lo hizo cuando prometió renunciar al día siguiente del plebicito si ganaba el NO.
Todavia le quedan 9 meses de mandato y tiene el apoyo de todos los enmermelados,los corruptos y las Farc.
Mientras tanto que siga destituyendo a funcionarios correctos, como la directora de SENA, María Andrea Nieto, por denunciar irregularidades en la entidad, frente a una serie de contratos de personas que laboran en el Sena y a su vez tienen familiares vinculadas a la Casa de Nariño, con el consentimiento del secretario general Alfonso Prada, exdirector del Sena.
En 9 meses es posible que se resuelvan en su contra investigaciones de dineros multimillonarios perdidos, caso Odebrecht e Isagen, de los que no se pudo “enterar”. Es tan ingenuo que logró que la Unión Europea borrara a las Farc de las listas de organizaciones terroristas. Algo apresurado porque aún no han cumplido muchos de los puntos de los acuerdos de paz ni la verdadera paz ha llegado.
Todo lo que opino es porque no quiero ver a mi país en manos de la cúpula de las Farc, en la que todos los integrantes están condenados por jueces colombianos por crímenes de lesa humanidad, pero andan libres como el viento.

Comparte esta noticia con tus amistades:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *