Reflexiones de Navidad

El Papa ha dicho que el modelo de desarrollo vigente en el mundo es insostenible y se está derrochando el patrimonio natural de la humanidad.

El año 2017 se recordará como el año del camino hacia la paz, en el que la justicia perdió toda su credibilidad ante el llamado “cartel de la Toga”, el año en que mientras el mundo celebraba la desmovilización de las Farc.Ep, centenares, miles de colombianos se afanaban en buscar cómo entrabar el proceso y deslegitimar el desarme de la guerrilla más vieja de occidente, certificado por la ONU.
Vale la pena recordar una de las siete palabras de Jesús en la cruz, dirigida a sus victimarios: “Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen”.


Las poblaciones rurales, victimas principales de todos los conflictos armados que han afectado a Colombia desde la “independencia”, pese a la lentitud con que el Estado ha asumido el proceso del posconflicto y la cobertura de los territorios despejados por la guerrilla, han sentido -con excepciones – que las cosas han mejorado y pueden mejorar más si todos nos lo proponemos con sinceridad y entusiasmo.
También recordaremos el 2017, como el año, en que nos visitara el Papa Francisco, con su invitación a “Dar el primer paso” para superar los prejuicios, los odios, los momentos no deseados y los crímenes cometidos por unos y otros, con pretextos no legítimos. El Papa Francisco, que recorrió importantes ciudades de Colombia, escuchando con atención a las víctimas de la violencia, descendiendo hasta los hogares humildes de ciudades arrogantes y recordando a sacerdotes, monjas y obispos, que el “diablo entra por el bolsillo”.
Es el mismo Papa que en su Encíclica Laudato Si, expresa con firmeza que “el modelo de desarrollo vigente en el mundo es insostenible” y está derrochando el patrimonio natural de la humanidad.
Estos temas constituyen un provocativo menú para reflexionar en los días de Navidad y Año Nuevo, en vísperas de un 2018, en el que Colombia se jugara un momento crucial para el futuro del país, al decidir a quienes llevará al Congreso y a la presidencia de la república.
Con el mandato de avanzar en el proceso de paz, diagnosticar adecuada y honestamente nuestra realidad, para poder prescribir un tratamiento que apunte a las causas de nuestros males, superando la manía de ocuparnos en las consecuencias y no en los orígenes de nuestra pobreza., corrupción, violencia, exclusión, inequidad, déficit fiscal, mal trato a las mujeres, a los ancianos, a los niños, a los negros, a los pueblos originarios, a los enfermos, a la naturaleza y demás seres vivos que comparten con nosotros este limitado planeta.
Debemos reflexionar, también, sobre lo que implica nuestra condición de personas con derechos y deberes y nuestro Ser ciudadano, que nos impone el deber de ocuparnos creativamente de lo público, del interés general y del buen uso y manejo de los bienes comunes.

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