Se enfureció la Urabá pobre

Colombia es el tercer país con los peajes más costosos de la región. Lo de Urabá podría repetirse en otras regiones.

El Gobierno no quiso escuchar a los ciudadanos de Urabá. La desatención desencadenó luego en protesta violenta. El obispo de Apartadó, monseñor Hugo Torres sostuvo que; “Aquí no tenemos quien nos represente políticamente”.

Apartadó, Antioquia.-Era la pelea de David contra Goliat. David, en nombre de los miles de campesinos y pobres que viven en Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo, pedía la reubicación de unos peajes a sitios donde no afectaran a la población de estratos cero, uno y dos
Pero el Goliat-ministro de Transporte, Germán Cardona, lo ignoró. Instaló tres peajes, cerca de las cabeceras de los pueblos, en un recorrido de aproximadamente 130 kilómetros.
Los precios, entre $8.100 y $26.000, están calculados para que un carro particular que vaya de visita a la zona pague casi $32.400 de entrada y salida. Increíble.
David, cansado de que el arrogante Goliat no le prestara atención, se dirigió a cada una de las alcaldías de sus pueblos y ante su escudero: la Asociación Nacional de Infraestructura, ANI, para pedir lo mismo. El resultado fue igual: oídos sordos. Pidió de nuevo ser escuchado y habló de un paro cívico como protesta, y como último recurso antes las constantes negativas.


Goliat y la ANI dijeron que “ese tal paro no existe” y abrieron las casetas de cobro el primero de enero. Y ahí fue la de Troya. David salió a protestar pacíficamente bloqueando varios tramos de la vía que recorren sus empolvados municipios y frente a los peajes. Entonces salió el Esmad, pero para ese momento David ya era muchísimo más grande que Goliat y este tuvo que retirarse casi que de inmediato.
La ubicación y altos costos de los peajes afectaban a todos los habitantes que se desplazan en ocasiones varias veces al día entre uno y otro municipio para trabajar, estudiar, asistir a citas médicas y diligencias personales.
Se trata de una población cercana a los 520.000 habitantes, la inmensa mayoría con ingreso inferior al salario mínimo, en una zona donde el 72% son víctimas del conflicto armado colombiano.
El peaje de Riogrande, entre Apartadó y Turbo, fue quemado. Igual de mal le fue al de Cirilo, entre Turbo y Necoclí. Las alcaldías de Carepa y Chigorodó sufrieron los ataques enfurecidos de la población que también se hartaron de no ser escuchados ni representados por sus alcaldes.
Tanto así que cobardemente, uno tuvo que salir disfrazado de oficial del Esmad para no ser linchado por sus propios electores. Acto seguido, la ANI informó la suspensión del cobro de los peajes, temporalmente, mientras escucha a David. Ah, ahí sí, ¿no? Pero tenían que esperar a que el pueblo se les sublevara.
Según la ANI y el Goliat-ministro la instalación y funcionamientos de dichos peajes son necesarios para la financiación de la Autopista al Mar II, que permitirá conectar a Urabá con Medellín y Montería. Puro cuento.
La misma historia les vendieron a los costeños sobre el tramo entre San Roque (Cesar) y la Ye de la Ciénaga (Magdalena) que se supone conecte los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar. Pero de los 219 kilómetros pactados tan sólo han entregado 29. El contrato fue adjudicado al consorcio Yuma desde el 22 de julio del 2010. Ocho años después tan solo han ejecutado el 13,2 % de la obra. Eso sí, los $8.600 que le cuesta a un carro y los casi $22.000 a una tractomula por peaje sí lo vienen cobrando puntualmente.
La tapa de la olla de ese elefante blanco, que tiene emberracados a los costeños, es que hace parte de la infame Ruta del Sol III mencionada en los escándalos de Odebrecht y en el cual se repartieron jugosas mordidas. Dignos padres de la patria se encuentran tras las rejas en mansiones por cárcel.
El ejemplo de los pobladores de Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo debe ser copiada e imitado por todos y cada uno de los habitantes de la Nación. Colombia es el tercer país con los peajes más costosos de la región, y el primero en comparación con el ingreso de cada colombiano.
Eso sí, se debe copiar la protesta pacífica y en paz que reivindique los derechos del ciudadano, acabe con los atropellos del gobierno de turno y que por supuesto evite la manifestación de actos vandálicos.
Aunque los autores de dichos actos tan solo son otro producto de el mismo sistema abusivo que busca sacarle hasta el último centavo a cada persona en forma de peajes, y otros impuestos, para mantener su corrupta maquinaria burocrática que convirtió a Colombia en una fábrica de pobres.
Hay que salir del letargo que ha creado iniquidad e injusticia desde tiempos históricos. Solo así, unidos, el país acabará con la desigualdad y el gobierno dejará de ver al ciudadano de a pie como un negocio al que hay que exprimir.
Quizá, entonces, el gobierno se retracte de tanto abuso, tal cual hizo el Goliat ministro de transporte y la ANI ante el despertar de David.
(Condensado de Kien y Ke).

Comparte esta noticia con tus amistades:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *