Bogotá.- Ante la apertura de oficinas de Netflix en Colombia, el presidente Duque celebra el hecho afirmando que es un paso firme hacia la consolidación del “Silicon Valley colombiano” sin embargo estamos muy lejos aún de llegar a ese sueño. Silicon Valley es una zona en la bahía de San Francisco, EEUU, que aloja las firmas más importantes de tecnología a nivel mundial como Intel, Microsoft, Google, Facebook y muchísimas más, de las cuales por lo menos 30 aparecen en los listados económicos de mayores ingresos y rentabilidad del mundo. Aparte de esto, fue cuna de avances tecnológicos que cambiaron nuestra forma de vida como las transmisiones por telégrafo, la radio, la Internet, el transistor y los microchips que permitieron dar lugar a los computadores personales, las interfaces gráficas de usuario que nos permiten manipular los equipos fácilmente. Muchas de estas invenciones obedecen a necesidades que existían en EE.UU a mediados del siglo XX, debido a las guerras, la investigación aeronáutica, el boom de internet y sus servicios. Dichas necesidades de país propiciaron alianzas académico-públicas que llevaron a las universidades a promover la investigación y el desarrollo. Por otro lado, comunidades tecnológicas como Ham radio, fanáticos de la radio de onda corta y The Homebrew Computer Club, entusiastas que se reunían para compartir sus invenciones y que dio lugar a que Steve Jobs y Steve Wozniak diseñaran la versión original de Apple I, contribuían a visibilizar los avances tecnológicos y proponer nuevos proyectos que se multiplicaban como espuma y atraían inversión, generaban empleos y rendimientos a escala global. En Colombia sin embargo somos consumidores de las tecnologías que vienen del norte lo cual deja a los emprendedores y entusiastas en desventaja dado que se encuentran con la falta de apoyo por parte del estado que prefiere importar tecnología a invertir en innovación y desarrollo en temas como defensa, minería y extracción, energía, construcción, biotecnología, entre otras. Sin inversión pública la opción sería buscar inversionistas de capital de riesgo, pero en nuestro país son muy pocos los que amasan grandes fortunas por lo tanto existen pocos fondos de capital de riesgo nacional. La otra opción que ofrece el país son créditos especiales para emprendedores que a la larga son similares a los créditos de libre inversión. Por lo tanto, el único que se arriesga es el emprendedor. Con este contexto en mente nuestro Silicon Valley todavía está en pañales, es un espacio geográfico con empresas extranjeras o nacionales con inversión extranjera, pero le falta avanzar en generar oportunidades para crear sus propias tecnologías y comercializarlas a nivel mundial.