Más lejos de Colombia pero cerca de Dios

A pesar de las contingencias sufridas a causa del devastador huracán que golpeó duramente a San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la vida continua en el archipiélago, los nativos intentan recuperarse del tiempo perdido y poco a poco retorna la normalidad. Estas gráficas así lo atestiguan, aunque Providencia y Santa Catalina siguen clamando que el presidente Duque cumpla la promesa de restauración allí.

Las casas cercanas a la costa fueron las que más sufrieron por los efectos del huracán Iota, sin embargo luego de una serie de reparaciones, se mantienen en pie y con sus techos restaurados. También se reportaron afectaciones en las vías que bordean a la playa, las autoridades han iniciado trabajos para su reparación.
Desde 1847 la primera iglesia baptista ha soportado diversas tormentas y huracanes, los feligreses han pedido la intervención divina para mantenerse en pie.
En la cabecera municipal se habilitaron malecones peatonales para turistas y se reanudan construcciones de hoteles y edificios comerciales.
A pesar de todo, la afluencia de turistas se mantiene y la economía de la isla se recupera paulatinamente. Los servicios turísticos funcionan con normalidad.
En este punto había un gran bosque a orillas del mar que fue arrasado por el paso del huracán Iota, sus troncos impactaron carreteras, autos y casas cercanas.
San Andrés, discípulo de Jesús, es patrono de la isla, al cual se encomiendan los pescadores al adentrarse en el mar Caribe.
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