Bogotá.- A pesar de las buenas intenciones del nuevo gobierno, se han seguido suscitando asesinatos y toda clase de atentados en los 4 puntos cardinales del país. Un detalle que se ha logrado evidenciar es que la matazón tiene dos tipos de víctimas: los que han asumido abiertamente liderazgo y defensa de sectores más pobres y oprimidos, y las venganzas entre bandas criminales cuya única forma de imponer el orden y la obediencia es apretando el gatillo. Tanto en diciembre como en este mes de enero, estos acontecimientos continúan llenando las estadísticas de sangre en Colombia. Además, hay una serie de medidas anunciadas por el presidente Petro en favor del campo y sectores marginados de la ciudad. Con la reforma tributaria, las bonificaciones de medio millón de pesos a cabezas de familia y otras medidas en curso, la expectativa ha sido creciente. Pero esta espera ha sido afectada por una serie de pasos que hay que cumplir según la ley y por el implacable invierno que ha causado desbordamientos, hundimientos, derrumbes y pérdidas humanas en todo el territorio nacional. En resumen, el atentado contra líderes sociales y ambientales persiste con menor intensidad y el cobro de cuentas entre grupos por fuera de la ley se ha intensificado en momentos en que avanzan nuevas gestiones de paz.