Nunca antes como esta vez, el departamento paisa se vio tan golpeado por una combinación de vientos fuertes, aguaceros intensos, canalizaciones y quebradas desbordadas y agua a tutiplen.
Daños físicos y pérdida de vidas humanas causó la temporada de lluvias huracanadas en diversas zonas del departamento.
Medellín.- El sábado 14 de enero, en la noche, un aguacero con vientos huracanados que cubrió el centro occidente de esta capital por cerca de seis horas, dejó dos personas muertas y 23 heridos, como consecuencia de la caída de una palmera y ocho portones que decoraban los alumbrados sobre el Río Medellín y la inundación del deprimido en el sector de Conquistadores. De los lesionados 17 son menores de edad.
Los fallecidos por ahogamiento en el deprimido, un hombre y una mujer, fueron identificados como Luis Gonzalo Estrada de 51 años, quien se desempeñaba como comerciante en joyas y Alexandra Salazar de 34 años estilista de oficio y propietaria de un salón de belleza. Las víctimas, que viajaban en un automóvil marca Audi, quedaron atrapadas por las aguas en el sitio localizado en los bajos de la carrera 63 con calle 42, barrio Conquistadores. El informe oficial señala que, al parecer, el conductor, por imprudencia ingresó al lugar inundado por las aguas de la tormenta que caía en la zona. Al vehículo, blindado en carrocería y vidrios, una vez sumergido, se le apagó el motor, bloqueó las posibles salidas e impidió que los ocupantes lograran evacuar, a pesar de que lo intentaron desesperadamente. Allí permanecieron cuatro horas, al cabo de las cuales fueron rescatados sus cuerpos, sin vida, por bomberos y voluntarios que colaboraron en el caso. De los 23 lesionados en la caída de los portones navideños, solo cuatro quedaron hospitalizados.El lugar de la tragedia que cobró dos vidas humanas, esta vez, fue escenario de otro caso similar, en el cual perecieron tres músicos de profesión que se dirigían a una serenata. El hecho se presentó la noche16 septiembre de 1988 y las víctimas respondían a los nombres de Jesús Tejada Serna, Marco Fidel Suárez y Mario Velázquez Zapata. Por este luctuoso acontecimiento, el municipio de Medellín, Empresas Varias y EPM fueron condenadas por el Consejo de Estado a pagar indemnización por 1.175 millones de pesos. La ola invernal de tormentas, derrumbes y desbordamientos de ríos y quebradas deja saldo de 1800 familias afectadas en 32 municipios de Antioquia y cuantiosas pérdidas económicas y daños graves en la infraestructura viales, rural y urbana. Las zonas más azotadas se concentran en las subregiones; Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Nordeste, Suroeste, Norte y Oriente. Las poblaciones que han sido sacudidas por el fenómeno lluvioso en mayor grado son:
El Bagre, Montebello. En Urrao, vereda Asesi, 7 personas quedaron atrapadas, cinco de ellas con lesiones de consideración y Salgar donde se desplomó parte del palacio municipal y resultaron dos personas heridas. San Roque, Gómez Plata, Alejandría, Concepción, Fredonia y Girardota han padecido taponamiento de las vías de ingreso. Yondó, en la vereda la Rompida hubo desbordamiento del Rio Magdalena que causó anegaciones en la mayor parte de los cultivos. En Andes cinco veredas fueron inundadas y la zona carreteable padeció 15 derrumbes. En Rionegro se desbordó el río Negro y entró al casco urbano e inundó 95 casas y 30 locales comerciales. En Abriaquí un torrencial aguacero, por cerca de tres horas, se entró a seis viviendas y perjudicó a igual número de familias. Barbosa sufrió deslizamientos que le incomunicaron con Santo Domingo. Entre los municipios de Marinilla y Guatapé derrumbes en la red vial obligaron el desvío vehicular por El Santuario, San Carlos, San Rafael y Granada, como rutas alternas para llegar al sitio turístico del Peñol. Pero la parte excepcionalmente sufrida ha sido el centro del Valle de Aburrá, particularmente en Medellín donde se cuentan dos muertes y 23 heridos, al final de la temporada vacacional. Las pérdidas económicas por este fenómeno de lluvias en Antioquia se acercan al medio billón de pesos, señalan las autoridades.
