El alma mater tambien cuenta con un libro de historia, de persecución y muertes, cuyo dolor no ha sanado.
Montería.- A las víctimas del paramilitarismo en la Universidad de Córdoba, les puede pasar algo peor, que lo sucedido al coronel en la novela de Gabriel García Márquez, ‘El coronel no tiene quien le escriba’, que estuvo esperando 15 años una pensión como veterano de guerra. Y puede ser peor, porque hace más de 18 años los miembros de los distintos estamentos, de la U, entendieron que, con la ley de Justicia y Paz, “se abría un espacio para que la historia le diera una oportunidad de resarcir su mancillada institucionalidad que fue vulnerada en lo más íntimo de su autonomía, en su misma razón de ser y en el legado que la ley le confirió como centro de formación académica”.
Esta última argumentación es del docente pensionado Serafín Velásquez Acosta, coordinador del Comité de Impulso de Reparación, en una carta abierta entregada en la conmemoración del Día de la Memoria Histórica y de las Víctimas el 11 de abril de 2023 en el Centro de Convenciones de Montería. Tanto Velásquez, como el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Córdoba (Sintraunicol), Stefan Romero, coincidieron en que el rector de la institución Jairo Torres Oviedo, se comprometió, hace siete años, a intervenir ante el Gobierno Nacional para adelantar el Plan de reparación colectiva de la entidad. Romero también expresó que Torres debe ponerse de acuerdo con el Consejo Superior, para que éste, a su vez, haga las diligencias ante el Gobierno Central, pero hasta el momento no ha resultado ni lo uno ni lo otro. Los compromisos adquiridos por el Rector contemplan, entre otros aspectos los siguientes: Creación del Centro de Altos Estudios para la Paz, Democracia, Derechos Humanos y Ciencias Políticas; asimismo, la realización de talleres para la elección un monumento a la vida en la Universidad de Córdoba. También se menciona en una sentencia que: “El Ministerio de Educación contribuyó a la dotación del Aula Virtual denominada ‘Memoria Histórica’ en articulación con los semilleros de investigación de la Universidad”. Sin embargo, nada de eso se ha visto en el alma mater. Estos compromisos, y otros más, están contenidos en la sentencia expedida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, donde se vincula a Salvatore Mancuso Gómez y otros exintegrantes de las autodefensas. En esa misma línea, el vicepresidente de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (Aspu), Miguel Palomino, dijo que el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, debe decir toda la verdad sobre la toma a sangre y fuego e institucional de la Universidad de Córdoba. Los hechos que golpearon al alma mater cordobesa se registraron entre los años 2000 y 2008, cuando hubo, por lo menos, 20 personas asesinadas por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Entre ellos, había docentes, estudiantes y trabajadores. Este medio intentó, a través de la Oficina de Prensa, conseguir la versión de la Rectoría, y del Consejo Superior de la Universidad de Córdoba, en torno a las afirmaciones de las agremiaciones del alma mater cordobesa. Sin embargo, no fue posible obtener una respuesta. Si los integrantes de los estamentos de la Universidad de Córdoba tuvieran que esperar la reparación colectiva para su mantenimiento, tendrían que alimentarse con lo que se menciona al final de la novela de García Márquez, cuando la esposa del coronel pregunta: “dime, ¿qué comemos?”, mierda.