La versión 62° de la Feria Ganadera de Montería fue una de las más exitosas de todos los tiempos según lo indicado por la gobernación de Córdoba por el alto número de visitantes y los resultados en materia económica y de turismo. Dejo muchos elementos sobresalientes que merecen ser resaltados y otras situaciones que pueden llevar a oportunidades de mejora que deben ser tenidos en cuenta a futuro en pro del evento.
Lo bueno
Durante 10 días, la ciudad de Montería capturó la atención nacional e internacional, resaltando todo lo que la capital ganadera y el departamento pueden ofrecer. Se registraron cientos de visitantes foráneos atraídos por conocer más de la tierra que es potencia ganadera a nivel mundial.
La nutrida programación de la Feria incluyó diversas actividades para todo tipo de personas. Se realizaron concursos de baile, presentación de stands, charlas académicas, eventos culturales, paradas folclóricas, exposición de ganado, competencias equinas, conciertos, cumbres políticas y económicas, entre muchas otras.
Las paradas folclóricas fueron multitudinarias, coloridas y diversas, llenando las calles de alegría y diferentes ritmos musicales. En las comparsas participaron personas de todas las edades, exponiendo la diversidad cultural del departamento con ritmos como el porro, el bullerengue, la guaracha y otros géneros autóctonos. Las polleras, las coloridas blusas, las mangas embuchadas, los sombreros vueltiaos, los aguadeños, las pañoletas y las flores de bonche transportaron a los espectadores a una época donde lo mítico y lo real se funden en un solo latido de identidad.
Los premios “Bonche de Oro” fueron un gran acierto para la promoción de la cultura en nuestro departamento. Convocaron a representantes de cada municipio y de cada ritmo musical, tanto jóvenes como adultos, y se consolidaron como una gran vitrina cultural que debería ser institucionalizada para replicarse en futuras ediciones de la Feria Ganadera.
La Carpa Académica, instalada por la Gobernación de Córdoba, UPB y Ganacor en el Coliseo de Ferias Miguel Villamil Muñoz, marcó tendencia en cuanto a la aplicación de la ciencia en la ganadería y otros sectores productivos del país.
Las rutas gratuitas operadas por Metrosinú funcionaron de manera sobresaliente, permitiendo que muchos llegaran al Coliseo de Ferias fácilmente y sin contratiempos. Sumado al hecho de que la entrada al evento no tenía costo, esto ayudó a que la asistencia fuera masiva, especialmente los fines de semana.
Cientos de familias se beneficiaron económicamente de la celebración de la Feria Ganadera, incluyendo empresarios y emprendedores que lograron generar importantes ventas entre las multitudes que participaron en las diversas actividades del evento. También pudieron conectar con proveedores y otras empresas, estableciendo alianzas y negocios futuros.
Lo malo
La movilidad de la ciudad se vio afectada por algunas actividades programadas, como las paradas folclóricas, que obligaron a cerrar calles como la avenida Circunvalar, la avenida Primera y ciertas zonas del centro. Incluso las rutas gratuitas se vieron afectadas, lo que obligó a modificar su trayecto, dejando a las personas en la Terminal de Transportes en lugar del parque de la Catedral como se había planificado inicialmente.
Muchos visitantes se quejaron de los altos costos de los parqueaderos autorizados en el Coliseo de Ferias Miguel Villamil Muñoz, considerando que deberían ser más económicos para garantizar que las familias que se movilizan en vehículos particulares puedan disfrutar del evento durante más días. Además, algunas personas señalaron que los precios de productos y servicios en la Feria, como el uso de baños, también eran elevados. Sin embargo, se observaron precios para todos los presupuestos, y se podían conseguir de forma gratuita muestras de café, chocolate, granizados, chorizos, panes, yogures y dulces típicos, entre otros.
Lo feo
El retiro del stand de Helados Monterrey dio mucho de que hablar entre los participantes de la Feria Ganadera. Este conflicto pudo haberse resuelto de mejor manera con una comunicación más efectiva y clara. La empresa fue notificada de que no podía vender algunos de sus productos, específicamente hielo, después de que su stand ya estaba totalmente armado. En un comunicado, la heladería indicó que fueron abordados por el dueño del negocio de distribución de bebidas, acompañado de personal de seguridad, para informarles que no tenían permiso de vender hielo, ya que solo ellos podían hacerlo, aunque los organizadores nunca establecieron esta condición. Lo ideal hubiera sido que los organizadores indicaran esta limitación a Helados Monterrey antes de la venta del espacio, como hicieron con la venta de agua, que fue restringida desde el principio.
Por otro lado, recicladores que suelen visitar el Coliseo de Ferias para recolectar materiales como latas y botellas manifestaron que durante los días de feria había una directiva que no permitía a ninguna persona realizar actividades de recolección de material reciclable. La fuerza pública presuntamente les decomisó lo que habían recogido. Los trabajadores del reciclaje indicaron que se había otorgado el permiso exclusivo de recolección de material reciclable a una fundación ubicada al lado de la zona de restaurantes, detrás de los potreros de caballos, donde acumulaban gran cantidad de material. Por lo tanto, muchos no lograron obtener nada y se fueron frustrados a sus casas sin el producido del día.