
La población indígena ubicada en la parte alta y alrededores del embalse de Urrá no creció por nacimientos sino por migración y luego sufrió desplazamientos a causa de la presencia de grupos armados ilegales que se asentaron en la región. Sin embargo, cuando se aprobaron los beneficios en los pagos de indemnizaciones, numerosos emberas provenientes de otros sitios llegaron a Tierralta para cobrar los auxilios y luego retornaron a sus lugares de asentamiento.